¡Un grito desesperado por la niñez!

engo una hija de dos años y medio; hablo con conocimiento de causa del tema, y tal parece que existe un gran complot en contra de la niñez. Los alimentos, las bebidas y las botanas fabricados y comercializados para nuestros hijos están contaminando y dañando la salud de las generaciones del futuro y, por ende, amenazando la sostenibilidad del sistema de salud del país. La esperanza (niños) de nuestro país está espantosamente mal alimentada.

Las grandes empresas y los empresarios que salen en las portadas de las revistas, que son premiados en televisión y cuyas organizaciones se jactan de haber multiplicado sus utilidades y haber sido premiadas por la Bolsa con una mejor cotización de su acción, son las principales responsables de la fabricación de esos productos realmente dañinos.

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