Tus palabras te programan

Si todos los días te repites a ti mismo que eres saludable, que eres feliz, que eres muy productivo o que eres atractivo, eventualmente tu mente lo percibirá así, y seguramente serás así. Sin embargo, si todos los días te repites que estás enfermo, que eres infeliz, que eres poco eficiente o que eres feo, seguramente lo percibirás y serás así. El lenguaje es una herramienta muy poderosa para programarnos a nosotros mismos, somos lo que decimos que somos; en la gran mayoría de las ocasiones nuestras palabras preceden nuestras percepciones.

Las personas exitosas están en control no sólo de su entorno, de sus intenciones y objetivos, sino que están en control de sus palabras sobre sí mismos: sobre su estado de salud, sobre sus capacidades y sus emociones. El lenguaje tiene el poder de construir verdades en nosotros mismos, pero así también sobre nuestra percepción del entorno. Si nos decimos a nosotros mismos que una persona está haciendo algo para hacernos daño, eventualmente nuestra mente lo va a percibir así y será una realidad en nuestra vida, por lo que trataremos de detener a esa persona o defendernos, cuando en realidad era algo que estaba haciendo sin la menor intención negativa hacia ti.

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