Celebraciones suicidas...

Cuando el ser humano celebra algún triunfo o logro, ya sea personal o de su equipo, amigos, familiares u organización en la que trabaja, lo hace, normalmente, de una manera perjudicial para si mismo. Cuando celebra su cumpleaños llega a emborracharse tomando todo lo que encuentre a su paso, sin importarle el daño que está haciendo a su cuerpo. Cuando la empresa logró algunas metas importantes, este come altas cantidades de grasas, calorías y azúcares lo que le traerá consecuencias tarde o temprano. Cuando la hija cumple quince años, los papás gastan de una manera exagerada endeudándose, lo que provocará estrés, corajes y limitaciones en el futuro. Lo mismo llega a suceder cuando una persona se considera muy exitosa y comienza a querer “premiarse” y “darse lo que se merece” siendo infiel.

El ser humano es el único animal que cuando celebra se hace daño. Y sucede esto porque cuando celebramos tendemos a ser mucho más irracionales, poco conscientes, dejamos salir lo emocional y dejamos que nuestros instintos guíen nuestras acciones sin ningún control. Algunos dirían que el ser humano se vuelve animal cuando celebra, pero lo cierto es que ningún animal celebra ocasionándose daño, o ¿has visto algún perro celebrando que llegaron los dueños abalanzándose contra la pared?, ¿has visto algún gato celebrando que lo saquen a pasear echándose a rodar por las escaleras?, o ¿has visto un león celebrar la caza de una cebra subiéndose a un árbol y saltando sin control?

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