El diálogo más importante

Un gran propósito de inicios de año debería de ser fortalecer el diálogo entre tu consciente y tu inconsciente, entender mejor porque haces aquello que sin meditar o reflexionar haces. Descubrir lo que guarda tu inconsciente es fundamental porque de este depende gran parte de tus acciones. Si bien el consciente pretende siempre dominar, queda claro que tu inconsciente, en muchas ocasiones, es quien domina. El corazón tiene razones que la razón no comprende, decía Pascal; y así es, nuestro inconsciente es movido por motivadores muy poderosos que en ocasiones no conocemos, vaya, ni intuimos que existan.

Una mujer que posee 80 pares de zapatos no puede explicar su adicción, un hombre que lleva 20 años de casado no puede explicar porqué tal decisión, un ludópata (un jugador compulsivo) no sabe qué lo mueve a jugar tanto y encontrar tal pasión en esto, un workaholic no tiene claras las razones que impulsan a su inconsciente a buscar a toda costa sus metas. Vaya, el día de hoy no sabes porqué te hizo enojar lo que te hizo enojar o incluso porqué sentiste culpa cuando la sentiste.

Carl Jung llamaba al proceso que se lograba cuando el consciente establecía un diálogo productivo con su inconsciente, INDIVIDUACIÓN. Él consideraba que sólo a través de un proceso como este, en la mayoría de los casos facilitado por un profesional, el ser humano era capaz de lograr una consciencia plena sobre su presente.

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