El fin del anonimato

Se cuenta que los habitantes del Castillo de Chapultepec tenían pasadizos secretos no sólo para huir en caso de invasión sino para introducir discretamente a sus amantes por ahí o bien salir a visitarlas sin ser detectados por sus parejas oficiales, secretarios y personal. Esto no era novedad, desde tiempos inmemoriales monarcas, guerreros, políticos, religiosos y personajes famosos echaban mano de estrategias similares para “mantenerse anónimos”.

Hasta hace unos 5 años sólo una fracción pequeña del mundo vivía bajo el “yugo” de la imposibilidad del anonimato, y aunque esta condición de vida es poco deseable racionalmente, la condición contraria, el ser público, trae grandes ventajas para el resto de la población, por lo que en cuanto la tecnología y las redes sociales se lo permitieron, esta dio un paso al centro de los reflectores. Hoy, es difícil pasar desapercibido o de anónimo.

Leer más