Hora de rebelarnos

“Rebeldía”, normalmente suena a transgresión, a destruir, a dañar, a no aceptar las reglas que siguen los demás. Sin embargo existe una rebeldía buena, una que modifica la forma de ver las cosas, que transforma positivamente entornos, que contagia y motiva a hacer cosas diferentes en busca de un bien mayor.

La oposición social a la rebeldía normalmente estriba en que los rebeldes rompen las cadenas que los mantenían atados a una forma de ver las cosas, a una forma de operar dentro de su profesión o territorio. Casi todos los exitosos en algún momento se rebelaron, claro, a la agenda que el mundo les quería imponer (papás, hermanos, maestros, escuelas, organizaciones, incluso gobiernos y religiones), su rebeldía fue simplemente comenzar la búsqueda por definir sus objetivos en base a la fuerza de sus intenciones.

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